La conservación de la Monarca no se trata solo de una especie sino de un fenómeno migratorio único en la naturaleza. Estas especies vuelan aprovechando los vientos del norte a una altura de cien metros, a diferencia de las otras mariposas que vuelan casi al ras del suelo.
La migración de estos pequeños insectos, que pesan menos de un gramo, haciendo el recorrido de ida y vuelta, avanzan 120 kilómetros por cada día de los 25 días que aproximadamente dura el viaje y aún así logran volar más de 4 mil kilómetros desde Canadá y Estados Unidos de América hasta el centro de México, específicamente Michoacán uno de los primeros lugares en el mundo por la variedad de flora en su territorio, zona considerada como patrimonio natural de la humanidad.
Es una de las migraciones más largas y numerosas en el mundo de los insectos y además, cuando alcanzan su madurez emprenden su viaje de retorno a los países del norte. Se ha estimado que cada uno alberga entre 7 millones y 20 millones de mariposas. Y a diferencia de las migraciones de aves, tortugas y ballenas, las mariposas Monarca nunca antes han estado en sus sitios de hibernación.
Las monarcas están dotadas de un sofisticado sistema de navegación que contempla la altura del sol y el análisis de la luz que las orienta hacia el sur. Esta orientación es transmitida genéticamente, lo que les permite saber cómo llegar a la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca el próximo año, donde residieron sus antecesoras.
Son capaces de percibir la humedad atmosférica, localizar manantiales o escurrimientos en climas totalmente secos.
En estado de larva la mariposa monarca se alimenta de las asclepias, plantas con un contenido venenoso que les ayuda como defensa para alejar a sus depredadores, a quienes se les acelera el ritmo cardíaco hasta morir si se atreven a devorarlas.
Las mariposas parecen haber sido destiladas de la calidez del aire. Su efímera y frágil apariencia ha inspirado a poetas y músicos. Fueron “flores que vuelan y todo hacen excepto cantar” para el poeta estadounidense Robert Frost, pero algo más trágicas para Víctor Hugo.
“Cartas de amor rotas que, por los cielos, aletean y flotan y se tornan en mariposas”.
Poema de Víctor Hugo “La génesis de las mariposas”
Amargas o dulces, etéreas o siniestras, las delicadas alas de las mariposas han cargado con nuestras esperanzas y sueños durante siglos.
Para algunos, esas transiciones son símbolos de esperanza, una muestra de que el alma humana puede liberarse de las cadenas terrenales, de la oscuridad y la confinación y volar hacia la luz.
Hay santuarios de mariposas monarca también en Oceanía y Europa Occidental. En América se puede encontrar desde Canadá hasta el sur de Perú.
Para algunos, esas transiciones son símbolos de esperanza, una muestra de que el alma humana puede liberarse de las cadenas terrenales, de la oscuridad y la confinación y volar hacia la luz.